Abril: Rosita

Ya valió madre, pensé, pero no dije nada porque estaba en casa de mis papas y no quería mortificarlos, mejor hablaria con ellos al regreso de mi consulta, porque eso si estaba segura que lo que Ana me diría no seria para felicitarme o agradecerme los dolores de cabeza de las ultimas semanas.
-Mami necesito ir con la dra porque necesitan una muestra de sangre- y contesta mi mama -Otra vez? oye esos cabrones del laboratorio parecen vampiros, te van a dejar sin sangre!!
-Ay ma! nombre es de rutina no te apures, regreso con el niño y Miguel para comer juntos, si?

No se si eso calmo a mi mama, pero sentí que la había dejado menos intranquila, porque podremos ocultarle la verdad a todos, menos a nuestras mamas. Me subo al carro y me dirijo al laboratorio a ver que querían otra vez.
Llego y me recibe Rosita, la asistente de la dra y también laboratorista del consultorio.
-Ahora que quiere Ana, Rosita?- le pregunto con fastidio
-Mira sientate-dice ella- mientras sacaba la aguja y preparaba mi brazo para sacar la muestra -la dra esta bien preocupada por ti, dice que ya no puede mas, que quizás hoy te tengas que internar para que nazca la beba- me lo dice con preocupación en la mirada y en la voz.
-Rosita y para eso tanto alboroto? nombre, hasta parecen novatas ustedes!!
-No Silvia, es que tu condición no mejora, cada vez tu vesícula esta mas congestionada y tenemos miedo que eso se convierta en hígado graso.

Al escuchar esto si me quede pasmada y dije, ok Rosita, a la tarde vengo con Miguel y hablamos con Anita para ver que se decide. En eso me abraza Rosita y me dice no llores mira tu beba esta en tiempo y veras que todo sale bien, solo le faltan 2 semanas o 3 pero ya puede nacer, confía en Dios.
Gracias Rosita, aquí estaré por la tarde, dile a la dra que yo llego.
Sali del laboratorio y mire al cielo, buscando una respuesta y creo que la encontre ahi mismo.