domingo, 17 de abril de 2011

Abril: La estancia en el hospital

Ya me traían de un lado a otro y de pilón de hambre, en una de esas que el medico que habían asignado para que me llevara a un estudio me llevaba en la silla de ruedas y a lo lejos dentro del hospital oigo una campanita como la que anuncia la cercanía del hot-doguero y de repente le digo: -Doctor porfa pide 2 con todo y sin cebolla, porfa pagalos tu y ahorita que me regreses a mi cuarto te los pago!!, el medico residente se ataca de la risa y me dice: -Señora no es el de los hot-dogs, mire es la campanita de la capilla jajaja!! ya de plano el doctor no aguanto la risa y al tiempo que pasábamos por la capilla dije -Pues es que ando de hambre y ni agua he tomado, ya siento que me desmayo.

Total que según el me llevaba a hacerme un ultrasonido y ahí nos tardamos una eternidad que nos atendieran porque antes que yo estaba un señor de avanzadisima edad y con problemas respiratorios, así que nada mas escuchaba: -A ver respire hondo y sostenga el aire por unos minutos- y yo pensaba: no mamen pobre anciano muy a huevo respira y ustedes pidiéndole eso!. Ya me toca mi turno y me piden que me recueste en la cama para empezar el ultrasonido, y como estaba el clima fresquecito, yo de hambre y cansada, allá a lo lejos escuchaba las indicaciones del radiólogo cuando de pronto escucho un ronquido.. y que abro los ojos y les pregunto: -No me digan que me quede dormida??- los médicos aguantandose la risa solo asientieron con la cabeza y les dije: -Si rajan leña de que hasta ronque me las van a pagar, estamos?? jajaja!! eso sirvió para romper el hielo con la gente de ahí, porque sabia que de algún modo estaba en sus manos y lo mejor era dejar que hicieran su trabajo y llevarnos lo mejor posible, mas que nada porque no sabia cuanto tiempo estaría ahí con ellos.

Por la tarde solo podía ver 2 horas a mi familia, era duro porque estar sola 22 horas, claro siempre había gente en el hospital, pero no era lo mismo, me hacia falta verlos, hablarles. Mi única compañaia era mi celular, una revista de Selecciones que aun conservo y mi reproductor mp3 con canciones que me gustaban; ni hablar de tener television o radio porque como se trataba de un hospital publico, no había esos lujos a menos que tu mismo los llevaras.
En eso estaba cuando una enfermera llega a tomarme la presión y darme medicamentos y me dice: -Tu eres la persona que viene de Nuevo Laredo, verdad? - asentí con la cabeza -Oye yo creo que tu familia te ha de querer mucho- y le pregunto el porque y responde: -Es que no se han despegado de la puerta de entrada a Ginecología y en la madrugada que salí de guardia me toco ver a tu esposo y supongo que es tu hermana dormidos el pie de las escaleras. Y se que aquí han estado sin salir del hospital.

Ese comentario me saco lágrimas de tristeza por saber como habían pasado la noche mis acompañantes, pero me hizo tenerles un profundo respeto a ellos dos, porque demostraron estar ahí conmigo al pie del cañón y sabía que era una clara muestra de que no me abandonarian, ni en ese ni en otros momentos. Ya muy entrada la noche llega a verme el Dr Flavio el segundo de abordo en Perinatologia y me dice: Silvia ya nos llegaron los resultados de tus estudios, los vamos a revisar, ya puedes comer algo.
En ese momento me suelto llorando porque le digo: Doctor mi familia ya se fue, son las 10:40 de la noche donde cree usted que van a venir desde San Nicolás hasta acá nada mas a traerme unas galletas? en verdad doctor me estoy muriendo de hambre y sed, no los he visto mas que 2 horas, estoy aquí encamada, sola y ni para una botella de agua traigo.

Creo que hice sentir cucaracha al doctor y mirándome con tristeza y ternura me dijo: -Lastima que la cocina este cerrada, si no de verdad te mandaba traer algo para que comas, porque ya ves la hora que es y ya no me dejan subir nada de comer.
Ahogando mis lágrimas le dije: -Nombre doctor no se preocupe, en serio, mire con lavarme los dientes, hago saliva y aguanto hasta mañana. Gracias por venir y avisarme del resultado de mis estudios, hasta mañana.

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