lunes, 28 de enero de 2013

El viaje de Aranza

Nadie sabe su origen, no se sabe que manos la hicieron, lo que si se sabe es que el día que ella le prometió a su princesa que de esa travesía que pronto haría le traería a casa algo especial.
Lo que también se sabe es que se llama Aranza Quiroga, nació en Quiroga Michoacan, se desconoce su edad, pero eso es lo de menos porque ella cobraría vida cuando la princesita de la casa la abrazara, ahí empezaría su verdadera vida.

Después de mucho dar vueltas y de ver a otras como Aranza, ella desde que la vio la tomó en sus brazos y dijo: -Esta es para mi princesa, me la llevo.
Durmió varios días en una casa en Cuitzeo; una madrugada le dijeron: -Aranza prepárate porque vas a viajar  a tu destino final. Ella de inmediato se alegró, porque había escuchado varias veces una vocecita al otro lado del teléfono diciendo: -Mami ¿ya me compraste lo que me prometiste?. Obvio que Aranza sabía que hablaban de ella ¿De quien más podían hablar si en la casa en la que dormía temporalmente no había otro ser como ella?

Desmañanada pero contenta, Aranza se dispuso a viajar, lo hizo muy temprano protegida por los brazos de la mamá de la princesita iba a subirse a un avion: -¡Wow!- pensó Aranza -¡Que suerte la mía  hasta en avión me voy a ir!.
No dejaba de sentir un poco de nostalgia por las demás amiguitas que en la tienda de artesanías se habían quedado, una lágrima derramó por esa separación. Pero tan pronto le dijeron: -¡Aranza sonríe para la foto!, toda su nostalgia se esfumó y sonrió tímidamente.

El despegue del avión le dio algo de miedo pero era valiente, oye si iba camino a su destino final bien valía la pena la mareada ¿no?; en menos de los que canta un gallo Aranza ya volaba de Morelia hacia el Distrito Federal. Minutos mas tarde Aranza y ella llegaron al D.F., desayunaron, anduvieron un rato caminando de una lado a otro, sentadas; eso si Aranza muy bien portadita: -No vaya siendo que me regresen a la tienda- pensaba. Incluso posó para una foto con Chavela Vargas que a manera de despedida les decía  "Ojala que te vaya bonito".

Ya una vez en el avión Aranza no veía la hora de despegar, se asomaba a cada rato para ver si el avión ya se elevaba, ella ya estaba emocionada porque pronto, muy pronto conocería a la princesita.
El viaje transcurrió entre un cielo lleno de nubes y rayos de sol, Aranza decidió descansar un ratito porque ya sabía que de hoy en adelante su vida daría un giro total, seria parte de los juegos, aventuras y sueños de la princesita de la casa.

Más tarde, cuando el avión llego a su destino, Aranza sabia que aunque tu raíz esté en un lugar, tu corazón puede viajar a miles de kilómetros para encontrarse con esa persona que le está esperando.
¿El recibimiento a su llegada? esa, es otra historia...

(24-ene-13, 12:00 pm)