domingo, 10 de febrero de 2013

El porque de mis silencios

Si te vas a ir vete, así en silencio, sin tanto aspaviento. Vete sin hacer ruido, sal sin despertar a tu corazón que duerme entre mis manos. No quiero que salga corriendo detrás del mio que está en tus manos. 
Deja la luna llena en su lugar de siempre, no acomodes las estrellas, ni prendas los rayos de sol, déjalos así, en el lugar que deben estar. 

No te fijes en la rosas, ellas ya saben que te vas, ya están acostumbradas a tu ausencia. No puedo decirte que te vayas como llegaste porque no es verdad. Me tocaste el alma y ahora no se como explicarle que simplemente ya no estás para consolarla cuando me duela por tu ausencia. Las flores secas y marchitas son imposibles de revivir.   
   
Me preguntas el porqué de mis silencios, no sabría decirte bien porque eternamente callo lo que deseo decir. Se que últimamente estamos ausentes de ti, de mi, de nosotros, que entre los dos existen cada vez mas vacíos de palabras, quizás ya existían sólo que no nos habíamos percatado de ellos, porque los llenábamos de música.

Se llenaban de te amos y te quieros escritos en las alas de las mariposas y enviados con el viento; los llenábamos con besos, con paseos en nuestro jardín privado tomados de la mano viendo como atardecía y buscándole forma a cada nube que en el pedacito de cielo que nos tocaba había.

Espero que si las palabras regresan a ti y a mi sean más dulces para atenuar el sabor amargo que las horas vacías dejaron.

(16-oct-12)


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