martes, 8 de marzo de 2011

Oréades: La carta de Azpher

Ya con la luz del día Oreades regresa al castillo, seguida muy de cerca por sus dos ángeles, quienes no dejan de preguntarse entre ellos el porque del silencio de la princesa. Esto se debe a que Oreades mientras sus ángeles dormían junto a ella en el bosque, saca de entre sus ropas la carta enviada por el príncipe Azpher.

Misma que lee una y otra vez, tratando de dar crédito a los que sus ojos grises leen:

OREADES:
Mi cielo perdona que después de semanas de silencio te escriba estas breves lineas. No he podido alcanzar el sueño que te prometí, considero que aun no soy digno de regresar a ti, se que me esperas y que entenderás mi fracaso; pero yo no puedo ni debo aceptar la derrota aun sin antes haber luchado.

Te envio este relicario como prueba de que pienso y lucho por ti. Dentro esta una clave que te ayudara en un caso de peligro, pero solo usala cuando estés segura de que no hay otra alternativa y tu vida y la de mis dos ángeles peligra. Perdona mi cobardía, pero no puedo volver hasta no haber conquistado lo que me propuse.

Te amo mi cielo, de eso no tengas ninguna duda; siempre estaré a tu lado, solo di mi nombre y ahí estaré al instante. Con todo el amor que te puedo enviar desde mi exilio.

AZPHER

Oreades tratando de entender lo que Azpher le escribe en esas breves lineas, queda sentada al pie de las escaleras que conducen a la habitación que semanas antes compartieran, cuyas paredes y muebles fueran silenciosos testigos de una despedida entre Azpher y Oreades, misma que esta no había entendido, pero hoy se devela ante sus ojos grises que esa noche había sido una despedida.

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