Te abrazaría tan tiernamente que pensarías que mis brazos fueron hechos únicamente para estar entre los tuyos.
Disfrutaría cada segundo, contando los latidos de tu corazón, dejando que el sonido del paso de tu sangre por el corazón me arrullara hasta quedarme dormida entre tus brazos.
Congelaría el tiempo en todos los relojes para que esa hora fuese eterna, que cada segundo durara indefinidamente para capturar esa imagen y dejarla guardada en mi pensamiento.
Dejaría que el viento me despeinara para que tu al abrazarme puedas acomodar mi cabello como tanto has soñado hacerlo.
Usaría mi mejor aroma para que antes de llegar a tus brazos sea mi esencia la que abrace la tuya y formen un solo perfume, único e irrepetible.
Quizás la vida nunca cumpla mi deseo pero dime cuando le robo a mi destino esa hora para regalártela, pues mis brazos jamas se cansaran de esperar a que los llenes con tu presencia y mi corazón seguirá aguardando esa esperanza.
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