Cielo, perdona el atrevimiento de escribirte estas lineas pero creí que era la única forma de hacerme escuchar por ti.
Desgraciadamente otra vez desapareciste sin dejar rastro de ti, sacándome de tu vida sin importarte lo que siento.
Hoy estoy destrozada, con el alma otra vez hecha pedazos, quiero llorar, quiero gritar de dolor, de un dolor que brota muy profundo de ésta alma que aún después de todo te ama.
Se que ya no te veré más, te escribo para agradecerte que hayas entrado de nuevo a mi vida éstas semanas para terminar lo que habíamos dejado pendiente, gracias mi cielo por todo ese amor, hiciste que volviera a vivir de nuevo en tus manos. Creí que jamas volvería a sentirte, a amarte, a tenerte por unas horas entre mis brazos.
Me rindo mi cielo, procuraré irme de tu vida como el año que está por irse, inicié el año sin ti y lo terminaré de la misma forma.
Sólo deseo que sepas que mi promesa de amarte más alla de ésta vida mía, tuya, nuestra sigue de pie, porque ésta alma mía nunca te dejara de amar.
Entendí que existen amores que están destinados a amarse, más nunca a encontrarse ni a estar juntos y hoy sé que tu y yo somos uno de esos amores extraños en los que no pueden estar ni juntos ni separados, esos amores que duelen hasta para respirar pero que nos hace felices el tiempo que duran.
Me llevo conmigo el recuerdo de tus palabras, de tus besos, de tu piel en mis manos, de tu respirar me quedo con el recuerdo de tus manos sobre mi cabello, de la noche más hermosa que vivimos y que nada ni nadie nos podrá hacer olvidar.
Mi corazón no da para más, necesita sanarse, repararse y seguir su camino como siempre ha sido: sola.
Gracias mi cielo hermoso, te amé, te amo, te amaré eterna e infinitamente.
Volim Te, Oreades.
Hermosas letras las tuyas. Gracias.
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