Es pequeña, cuando duerme exhala inocencia y paz con su respiración pausada.
La curva de su nariz pequeña la acaricio muy despacio, no me canso de mirarla y tenerla conmigo.
De cabellos largos y oscuros que a veces huelen a bebé y otras a rebeldía por querer andar libres y sueltos.
Le gusta sentirse amada, se sabe hermosa y por eso cuando llora me estremece con su llanto.
Sus pies pequeños corren sin descanso por la casa, alrededor mio, inventando caminos en sus juegos.
Habla con sus ojos, pero mas con sus manos pequeñas que a veces me piden que pinte de colores sus uñas diminutas.
Cuando ríe, parece que mil pajaritos pían y revolotean en la copa de los árboles en primavera.
Su voz tan llena de matices como emociones, sobre todo cuando algo le molesta lo dice abiertamente, así sin reparar en los demás.
Sin embargo cuando llega hasta a mi como brisa, solo para abrazarme y lanzarme un beso al aire, hace que mis enojos, tristezas y soledades se desvanezcan.
Sonrisa traviesa, que conquista con solo verla, así es ella, así es mi única princesa como yo le digo.
Para ti mi única princesa: Angela Mishel.
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