viernes, 27 de febrero de 2015

Una carta al cielo

Hola, no puedo preguntarte como estás, porque sé que desde donde estás te encuentras mejor que nunca.
Te escribo para decirte que te sigo extrañando, que ya son 2 años sin tu presencia y aun no me acostumbro a ello.

¿Sabes? éste tiempo sin ti sucedieron muchas cosas en mi vida: buenas, malas, de todo.
Me tomé un tiempo, un respiro de todo y todos; porque realmente necesitaba asimilar tu partida de nuestras vidas.

Hoy entiendo muchas cosas que quizás antes desde mi dolor, tristes y enojo no entendía.
Aprendí con tu partida el valor de perdonar a tiempo y desde lo más profundo de mi alma.

Entendí que los seres humanos somos eso: humanos y que por nuestra misma condición cometemos errores, juzgamos, nos creamos falsos conceptos de los demás, pero sobre todo no aceptamos a los demás como realmente son y los vemos como queremos que sean.

Sé que ese único te quiero que pude decirte  antes de que te fueras, fue mi forma de decirte: perdóname por ser como soy y no ser como tu hubieses querido que fuera. 

Todos estos años viví buscando tu aprobación sin saber que ya la tenía, que quizás tu forma de decirme te quiero era invitándome un café en las tardes que me quedaba a solas platicando contigo.

Me dejabas ver tan poco de ti, de tu corazón, de tus miedos, pero en el fondo siempre supe la gran mujer que tenia frente a mi.

Me sigues haciendo falta, ante todos no lloro porque me enseñaste con tu ejemplo a ser fuerte, a no doblarme frente al dolor, me enseñaste a quebrarme a solas, a ser pilar y eje de mi familia. Me enseñaste a ser el apoyo en los momentos difíciles.

Gracias por seguir desde donde estas nuestros pasos, por cuidarnos, porque de formas muy sutiles e increíbles me has hecho saber que estas conmigo, con mis hijos, con tu hijo, con toda la familia.
Por decirme que los tiempos de Dios son perfectos, que tuviera fe para que ese momento se diera y simplemente sucedió.

Algún día, estoy segura que volveré a verte y te voy abrazar tan fuerte que no te va quedar duda alguna de lo mucho que te sigo queriendo y que te extraño.

Con amor: Esther

PD perdona que no vaya seguido a ver donde todos dicen que estás, es que se que tu no estás ahí, tu sigues dentro todos y cada uno de los seres que te queremos.






jueves, 5 de febrero de 2015

Desconocido y amado pasajero

Un día como hoy, hace 11 años elegí dejar de ser yo, para ser tu, nosotros.
Simplemente dejé que llegaras a mi vida en el momento en que Dios, la vida y la naturaleza te dijeran secretamente que ya era tu tiempo en el mundo.
No tuve miedo a perder mi figura delgada, a subir de peso conforme pasara el tiempo, a que mi vestuario fuera mas holgado.
No me fue dificil cambiar mi estado sentimental a partir de tu llegada.
Decidí ser tu guía del viaje en donde tu eras ese delicado, amado, esperado y desconocido pasajero que por semanas habitó en mi.
Te esperaba con la paciencia y ansiedad que solo los grandes amores experimentan.
Hubo días en los que el miedo a no saber como hablarte, que decirte, como tratarte me robaba el sueño, pero saber como podia amarte me regresaba a la tranquilidad.
Llegamos tranquilamente a nuestra cita, no sabia el color de tu mirada ni el sonido de tu voz, pero sabia que a partir de ese día seriamos inseparables. Que el amor y la sangre nos une, sé que llegará el día en que debas dejarme para volar con ese par de alas que desde el instante en que supe que vendrías empecé a confeccionar para ti.
Hoy solamente te doy las gracias por haberme elegido para ser tu guía en esta vida, por esa gran oportunidad que cada día me das para ser el modelo de mujer que mas adelante buscarás para construir tu propia familia.
Gracias por ese reto que implica ser uno de tus amores.... te ama con todo su corazón y mas allá de él: Tu mamá.