miércoles, 31 de diciembre de 2014

Un libro mas llamado 2014

Hoy a pocas horas de concluir un año más llamado 2014 aparto un momento para escribir éstas lineas, mismas que dedico a todos los que de un modo u otro estuvieron presentes y ausentes en mi vida.

Doy gracias porque éste año cumplí un propósito que tenía años postergando: permitirme sentir el cariño de quienes me rodean; bajé la guardia, derribé los muros que había construido alrededor mio, me permití cruzar puentes que en otras circunstancias no hubiese tenido el valor de cruzar.

Agradezco la entrada a mi vida de un grupo de mujeres maravillosas con las cuales me di el permiso de compartir mis alegrías, miedos, angustias, temores, dudas, sonrisas, confidencias, incluso hasta me atreví a retarme y retarlas.

A lo largo de éste año perdí kilos, amigos, amigas; gané en cambio más seguridad, confianza, amigos, familia.
Me permití a perdonar lo que consideré imperdonable, consideré que si quería ser viajera frecuente de ésta vida, debía hacerlo lo más ligera posible: con menos resentimientos y mas capacidad de asombro ante las cosas simples de la vida.

Entendí que los tiempos de Dios son exactos, que simplemente soy una pieza más en su gran ajedrez y que aunque sea una reina, ellas ante la voluntad divina también se doblegan, con mas razón una princesa como yo.

No hice planes ni propósitos, simplemente me dediqué este 2014 a vivirlo de entrada a salida intensamente y como se fuera presentando, pues en años pasados muchas páginas de esos libros de mi gran biblioteca se quedaron en blanco esperando ser llenadas con la conclusión o desarrollo de esos propósitos fijados y no cumplidos.

Muchas veces permanecí alejada y en silencio, y no fue por falta de palabras para decir, sino porque consideré que era mas valioso mi silencio que un montón de palabras sin más propósito que herir o lastimar.

Cerré ciclos, sané heridas, pedí y otorgué perdón, lloré ausencias, liberé presencias. Hoy solamente me resta agradecer el cerrar éste libro con más cosas positivas que nunca. Las páginas negativas las escribí con esa clase de tinta que con el tiempo se borra y no deja ni huella ni marca en mi.

Deseo tinta de colores para continuar escribiendo, una almohada donde pueda soñar, una alarma para despertarme a tiempo y realizar esos sueños. Pañuelos para enjugar las lágrimas que mis amigos o yo debamos derramar ya sea de felicidad o dolor; una ventana por la cual pueda ver el sol aunque por fuera esté nublado, una rosa para sentir que sigo viva y alguien a la distancia piensa en mi.

Deseo también unos brazos para refugiarme en los momentos en donde ni siquiera yo misma me soporte o me conozca; miel para endulzar palabras pues aveces tendrán que ser amargas. Deseo que no falta una bendición cada noche, un beso de buenos días cada mañana y un ¿que tal estuvo tu día? al llegar la tarde.

Pido seguir contando con vida para vivirla, un corazón para seguir amando y un cerebro para seguir tomando decisiones de vez en cuando.

Gracias por todo 2014 hoy te despido como a un viejo amigo y conocido, te vas con más experiencia de la que tenías cuando llegaste a mi vida.